Niebla
(sigueII)
Soy el habitante de tus sueƱos torcidos
Creo que mi noche ha terminado
Justo cuando la aurora redunda en mis orejas.
Justo cuando la dicha se oculta entre mil ovejas
Y el silencio estridente de la luz del sol nos ciega.
Entonces,
Veo con mis manos
Escucho con mis piernas
Y el contacto de tu cuerpo
Se hace clamor en mis tinieblas.
Y de tanto encontrarte es que mi dicha se hace ajena
Y de tanto olvidarte es que mi juicio me condena.
Es que te llamo inutilmente y mi plegaria se hace eterna.
La noche se desmembra con un redoble de estrellas.
La niebla se escabulle entre las hierbas secas.